A grandes males, grandes remediosHipócrates
Hipócrates
El médico más importante de la antigua Grecia fue Hipócrates (460-370 a.C). Sus obras están recopiladas en el Corpus Hipocráticum, en más de setenta volúmenes.
Los textos hipocráticos indican que la «hygieia» (salud) es el más alto de los dones, y la curación de las enfermedades es obra de la naturaleza del organismo, pues la «physis» (naturaleza) encuentra por sí misma, la vía curativa a seguir.
La función del médico es conocer su modo de acción para ayudarla, y no interferir en sus mecanismos, procurando que el enfermo colabore activamente en su curación.
No basta que el médico haga por su parte cuanto debe hacer, si por la suya no concurren en el mismo objetivo el enfermo, los asistentes y demás circunstancias externas.
Es importante escuchar al paciente, se tiene en cuenta lo subjetivo, lo sentido por él, y sus relaciones con los demás, que pueden ser de ayuda para la curación.
La terapéutica hipocrática incluye los fármacos, la cirugía, el ejercicio, la actividad profesional y las costumbres sociales. Toda ello es «diaita» (dieta), o estilo de vida.
Cuando la enfermedad no es muy importante y evoluciona en sentido favorable, el médico no ha de emplear muchos remedios; es mejor que actúe la «fuerza vital natural», a ser posible, por si sola. (En versión latina «vis medicatrix naturae”).
Hay que individualizar el tratamiento, según la constitución del enfermo, edad, la estación del año y el momento.
Tres de los principios
- «Primum non nocere»: antes que nada no perjudicar, es preferible no hacer nada a empeorar la situación.
- Se debe ir a la causa de la dolencia. Ir contra la causa y el principio de la causa
- Abstenerse de actuar ante las enfermedades incurables, aceptando la inevitabilidad de los procesos fisiológicos.
Etapas de los procesos de enfermedad
1.- Alteración de humores crudos, «apepsia»
La mezcla armónica de los humores se altera y como consecuencia se produce una acumulación de sustancias en determinados lugares del organismo, un «depósito».
Las causas más frecuentes de las enfermedades, son la corrupción de los residuos alimenticios, no asimilables, retenidos en el organismo.
2.- Cocción de los humores. «Pepsis»
Mediante la reacción de la physis o naturaleza del cuerpo, se cocían los humores crudos, sobreviniendo la fiebre, la inflamación de los tejidos o se formaba el pus.
La aparición de la cocción, se traduce exteriormente en una crisis, que trata de eliminar bruscamente los depósitos.
3.- Restauración. «Lysis»
La curación del enfermo podía ocurrir también más lentamente, por excreción paulatina, en la «lysis».
Se produce por las vías de eliminación: flemas, heces, sudores, etc. Por eso es beneficiosa la práctica de trabajos corporales y ejercicios al aire libre, a fin de provocar el sudor.
Nace la medicina
La práctica hipocrática constituye una concepción científica y técnica de la medicina, independiente de la religión.
Comienza con el planteamiento de la hipótesis humoral, el establecimiento de un diagnóstico racional, (usando los sentidos y la mente como instrumentos), y la elección de la dieta o régimen de vida para un buen tratamiento.
Aires, aguas y lugares
La obra «De aires, aguas y lugares», se refiere a las enfermedades producidas por agentes del medio ambiente. Considera el efecto de los vientos fríos y calientes, la acción de aguas demasiado frías o pantanosas, las estaciones del año y las enfermedades que les son peculiares.
Se estudió el efecto del masaje y los baños, principalmente en el mar.
También se consideran agentes patógenos, los excesos en el ejercicio o el reposo, los agentes traumáticos, los parásitos y las emociones violentas.
Alimentación y ayuno
El recurso terapéutico principal fue la nutrición.
El alimento dado al que tiene fiebre, en la convalecencia le vigoriza; durante la enfermedad, le empeora.
En las enfermedades febriles y agudas se recomendaba una dieta líquida, como la decocción de cebada.
Hipócrates recomendó el pan integral y las frutas y hortalizas crudas y aconsejó que en cuestiones de alimentación se atendiese al instinto del enfermo.
En lo fuerte de la enfermedad, conviene alimentación muy débil o la supresión absoluta de alimento. En las diarreas intensas, la ingestión de manzana cruda. Cuando se tiene fiebre, lo mejor es el jugo de frutas.
Si un enfermo ha adelgazado, no tiene que comer demasiado para recuperarse antes, sino que ha de hacerlo con precaución.
El médico y el decoro
En «Sobre el médico» recomienda que sea de aspecto agradable y bien nutrido, porque el público considera que quienes no cuidan de sí mismos, no son capaces de atender a otros. Debe llevar una vida honesta, ser amable, no ser impulsivo ni con mal humor.
En «Sobre el decoro» da normas para entrar en la habitación de los enfermos y comportarse durante la exploración.
Convenía repetir la exploración para evitar engaños, teniendo en cuenta que los enfermos mienten a menudo.
Indica que el médico debía tratar con calma al enfermo, evitando hablarle bruscamente sobre su gravedad.
Las recomendaciones éticas sobre el comportamiento médico se resumen en el Juramento Hipocrático
Juramento Hipocrático
Juro por Apolo, el médico, y por Asclepio, Higea, Panacea y demás dioses y diosas, y los invoco como testigos, que:
Guardaré a mis maestros el debido respeto y gratitud
¿Quienes somos?
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