Mindfulnessel arte de la atención plena

MINDFULNESS Y SALUD

Por Miriam Alonso 17/5/2023

El mindfulness, también conocido como atención plena, es una práctica que se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años debido a sus numerosos beneficios para la salud física y mental. El mindfulness consiste en prestar atención de manera consciente al momento presente, sin juzgar ni reaccionar ante las experiencias que surgen en nuestra mente y cuerpo.

En cuanto a la salud física, numerosos estudios científicos han demostrado que la práctica regular del mindfulness puede tener un impacto positivo en nuestro bienestar general. A continuación, te presento algunas de las formas en las que el mindfulness puede beneficiar nuestra salud física:

1. Reducción del estrés: El estrés crónico puede tener un efecto perjudicial en nuestro cuerpo, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, trastornos digestivos, trastornos del sueño y debilitando nuestro sistema inmunológico. El mindfulness nos ayuda a reducir el estrés al permitirnos tomar conciencia de nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, lo que nos brinda la oportunidad de manejarlos de manera más saludable.
2. Mejora de la calidad del sueño: El mindfulness puede ser una herramienta útil para quienes sufren de problemas de sueño. Al practicar la atención plena, aprendemos a calmar nuestra mente y relajar nuestro cuerpo, lo que facilita el proceso de conciliar el sueño y mejorar su calidad. Un buen descanso es fundamental para mantener un estado de salud óptimo.
3. Control del dolor: Diversas investigaciones han demostrado que el mindfulness puede ayudar a aliviar el dolor crónico. Al estar plenamente presentes en el momento, podemos aprender a aceptar el dolor sin resistencia ni rechazo, lo que puede reducir su impacto y nuestra percepción del mismo.
4. Mejora de la salud cardiovascular: La práctica del mindfulness puede tener efectos positivos en el sistema cardiovascular. Se ha observado que la reducción del estrés a través del mindfulness puede disminuir la presión arterial y el ritmo cardíaco, así como mejorar la función cardiovascular en general.
5. Fortalecimiento del sistema inmunológico: El estrés crónico puede debilitar nuestro sistema inmunológico, lo que nos hace más propensos a enfermar. Al reducir el estrés a través del mindfulness, fortalecemos nuestra capacidad de defensa y promovemos una respuesta inmunológica más efectiva.

En qué consiste una sesión

Aunque los detalles pueden variar dependiendo de la técnica y necesidades de cada persona, suele seguir los siguientes pasos:

1. Preparación: Busca un lugar tranquilo y cómodo donde puedas sentarte o acostarte sin interrupciones. Puedes elegir un momento del día en el que te sientas más relajado y dispongas de unos minutos para ti.
2. Posición: Adopta una postura cómoda, ya sea sentado en una silla con los pies en el suelo o en posición de loto si te sientes más cómodo. Mantén la columna recta pero relajada.
3. Intención: Establece una intención para tu sesión de mindfulness. Puede ser centrarte en tu respiración, explorar tus sensaciones corporales o cultivar emociones positivas, por ejemplo.
4. Atención a la respiración: Comienza dirigiendo tu atención hacia tu respiración. Observa cómo entra y sale el aire de tu cuerpo, sintiendo la sensación del flujo de la respiración en tu nariz, pecho o abdomen. Permite que tu atención se centre en la respiración, dejando de lado otros pensamientos o distracciones.
5. Aceptación y no juicio: A medida que surjan pensamientos, emociones o sensaciones físicas, acéptalos tal y como son, sin juzgarlos ni tratar de cambiarlos. Permíteles estar presentes, observándolos con curiosidad pero sin aferrarte a ellos.
6. Regreso al momento presente: Si te das cuenta de que tu mente ha divagado, suavemente vuelve a traer tu atención al momento presente y a tu respiración. No te juzgues por distraerte, es natural que ocurra. Simplemente, vuelve suavemente a centrarte en el aquí y ahora.
7. Exploración corporal: Si lo deseas, puedes explorar tu cuerpo con tu atención, llevando conscientemente tu atención a cada parte de tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, observando las sensaciones que puedas percibir.
8. Finalización: Gradualmente, lleva tu atención de regreso al entorno que te rodea. Toma conciencia de tus alrededores, mueve lentamente tu cuerpo y abre suavemente tus ojos si los habías cerrado.

Es importante destacar que el mindfulness no pretende reemplazar el tratamiento médico tradicional, sino complementarlo. Es una práctica que nos brinda herramientas para cuidar nuestra salud de manera integral.

En resumen, el mindfulness puede ser una excelente manera de mejorar nuestra salud física al reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño, controlar el dolor, fortalecer el sistema cardiovascular y potenciar nuestro sistema inmunológico. Al practicar la atención plena, podemos disfrutar de una vida más equilibrada y saludable.